¿Qué siento yo con el fútbol?
Pues dependiendo del club, soy socia del Real Madrid Club de Fútbol desde hace 27 años, además de 11 de la Agrupación Deportiva Arganda Club de Fútbol. La verdad es que me siento muy cómoda en cualquier sitio porque lo vivo intensamente, aunque con cada uno es diferente.
Cuando juega el Madrid lo vivo como aficionada con mi familia y amigos, me emocionan los preparativos: ducharme antes de ponerme la camiseta, besar el escudo, anudarme la bufanda a la muñeca o ponerme el pin y entrar al Estadio, donde somos un mismo sentimiento aunque seamos 100.000 personas.
Cuando juega la Agrupación me encanta gestionar, coordinar, organizar y animar (no entro en la técnica ni la táctica, porque no estoy capacitada). No sólo he ido al fútbol cuando juega un hijo o un amigo, y no sólo voy al fútbol para animar a mi equipo y disfrutar cuando gana, ni para ver goles y paradas, jugadas, quiebros y pases, aunque también, soy futbolera por pasiones y emociones, no veo cualquier partido, solo los que me encojen el estómago y me aceleran el pulso.
Recuerdo de muy niña, que mi tío se ponía tan nervioso cuando jugaba nuestro equipo que se iba a pasear con una radio porque no podía verlo y yo
deseaba que llegase para saltar con él.
Con los años he ido identificando lo que me gusta...el olor de la hierba húmeda, el sonido del balón cuando lo golpean lejos, los árbitros que explican calmados sus decisiones, el vuelo de los porteros aunque me duela verles caer o sufrir tras encajar un gol, el murmullo de la grada en las jugadas cercanas a portería y un gol cantado por la afición.
Voy al fútbol porque me gusta y me apasiona, pero, sobre todo, porque me emociona. Y estos son algunos momentos que me emocionaron este fin de semana...
En Arganda llego al Estadio dos horas antes del partido del primer equipo porque me gusta ayudar en todo lo que hay que hacer, el protocolo anti Covid19 nos da mucho más trabajo, así que, además de atender a los jugadores hay que ocuparse de los aficionados.
Este domingo llegué sólo una hora antes. Me encontré a David Julián, Socio de Honor de la Agrupación que se había equivocado de hora y estaba esperando en la puerta aún sin abrir para ver el partido de su equipo, y charlando con él me emocionó que después de tantos años como Rojinegro no se pierde un partido.
Me emociona ver en las gradas a Jaime, uno de los porteros de la cantera de la Agrupación con su padre animando a Diego y deseándole suerte.
Me emociona también Rubén, papá de dos jugadores de la cantera subiendo a la grada porque recientemente ha sufrido un infarto, y me comentaba el sábado que ahora disfruta de lo verdaderamente importante, y allí estaba...
Me emociona ver llegar a Iker de la mano de su abuelo para ver a su padre, el 10 de la Agrupación.
Me emociona ver llegar a la Familia Vázquez Torrecillas, que son Socios los cuatro y vinieron cargados con productos para donar y así colaborar.
Me gusta cuidar de los jugadores y cuerpo técnico y atenderles en lo que necesiten.
Me emocionan los gritos y arengas de los jugadores animándose antes del grito de salida al campo.
Me emociona ver a Diego de espaldas y en cuclillas antes del penalti que marcó Manolo.
Me emociona que Manolo, sabiendo que Miriam, su mujer, le ve en la tele de casa, le haga un corazón con los dedos después de marcar.
Me emociona que los compañeros lleven en brazos a Luismi al lesionarse el tobillo derecho.
Me emociona ver a los jugadores abrazarse tras un gol, verles sonreír o defender a un compañero tras una falta.
Y por último me emociona ver al Presi, tras el partido, felicitando a sus jugadores, sea cual sea el resultado.